domingo, 19 de febrero de 2012

VOY A REALIZAR ALGO NUEVO…

Es común en el ámbito de los profetas del Antiguo Testamento que se hable de lo nuevo que vendrá: el profeta Isaías presenta un oráculo del Señor: “No recuerden el pasado ni piensen en lo antiguo, yo voy a realizar algo nuevo”. Co0n estas palabras, al igual que otros profetas, el autor sagrado nos quiere transmitir el sentido del futuro que ellos poseían. Eso nuevo era algo que iba a transformar al pueblo de Israel. Por eso, incluso como lo refleja Jeremìas, se llegó a hablar de una nueva alianza.
 Por otra aprte, eso nuevo que se avizoraba en el antiguo Testamento tenía que ver con la promesa de salvación que había dado Dios a la humanidad. El Mesías anunciado, a la vez, encarnaba esa especie de novedad que se iba a instaurar. Por tanto, en el contexto bíblico “lo nuevo” tiene que ver con la nueva condición que se originaría con la llegada del Salvador, el Mesías prometido.
Cuando aparece Jesús, sobre todo en la perspectiva del evangelio de Marcos, la gente empieza a preguntarse qué es lo que está pasando, qué es esa nueva enseñanza que Él está brindando, cual es el poder que tiene que hasta el mar le obedece… Jesús va dando a conocer en qué consiste esa novedad anunciada por los profetas: es el Reino de paz y amor, que requiere la conversión de todos, pero que ya comienza a inaugurarse. Cuando, por ejemplo, le llevan a un paralítico y lo descuelgan por el techo para ponérselo frente a Él,  pronuncia una sentencia inédita –por tanto nueva-: Hijo, tus pecados te son perdonados”.
Esto hace que los escribas comiencen a reclamarle porque está diciendo una blasfemia. Sin embargo Jesús va a demostrar dónde está la novedad. Él se autoidentifica como quien tiene poder para curar, porque también tiene el poder de perdonar los pecados. Los escribas no terminan de entender con quién se han encontrado. La gente sencilla, en vez de complicarse la vida con juicios condenatorios, más bien se deja llevar por el asombro, que se convierte en la antesala de la fe en el Señor. Prefiere preguntar qué está pasando, qué doctrina encuentran en Él, cuál es la autoridad con la que actúa.
Así, Jesús va demostrando que algo nuevo de verdad está sucediendo; mejor todavía, pues se está cumpliendo lo anunciado por los pro9fetas: es capaz de hacer algo nuevo. Y, así, tanto su mensaje como sus acciones no son otra cosa sino la revelación de esa novedad que realiza Dios, no desde la lejanía, sino desde la extrema cercanía a los seres humanos, por su encarnación. San Pablo, sacará muchas consecuencias, al invitarnos a caminar por las sendas de la novedad de vida, y nos animará a revestirnos del hombre nuevo… es decir del mismo Jesús salvador y redentor. Hoy, como fruto de la acción redentora y pascual de Jesús, nosotros podemos participar de la salvación y hacer sentir a los demás que el Señor sigue haciendo cosas nuevas en la humanidad…
+Mario Moronta R., Obispo de San Cristóbal.

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