miércoles, 28 de marzo de 2012

A LOS SEMINARISTAS DE LA DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL


¡SALUD Y PAZ EN EL SEÑOR!
Al final del camino cuaresmal de este año de gracia, me dirijo a Ustedes que constituyen el “pequeño rebaño” hacia el cual se dirigen todas las miradas y atenciones del pueblo de Dios. En Ustedes se cifran las esperanzas de tantos hermanos creyentes que oran por la perseverancia y la fidelidad de cada uno de Ustedes.
En la próxima y cercana Semana Santa, volveremos a tomar contacto con los misterios centrales de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Sea en su parroquias como en diversas comunidades, van a desarrollar un apostolado muy particular, al cooperar para que tantos hermanos puedan participar con fe, devoción y enriquecimiento espiritual en las celebraciones litúrgicas. Participarán, además, en la Misa Crismal, donde los sacerdotes renovarán sus compromisos sacerdotales.
Para ello, nos hemos venido preparando durante estas semanas de la Cuaresma. Por eso, quiero invitarles a que durante todos estos días, sin dejar de hacer el trabajo apostólico que les corresponda, intensifiquen su oración, enriquecida por los sacramentos y la Palabra de Dios. No olviden la dimensión formativa por la que van caminando en este tiempo: se están preparando para ser sacerdotes y pastores según el corazón de Dios. Todo sacerdote, por la gracia del sacramento, se configura a Cristo Sumo y Eterno sacerdote, y así puede actuar en su nombre para bien del pueblo de Dios.
De manera especial, tengan presente que se están formandopara ser los discípulos y amigos más cercanos del Señor. El, a quienes elige y consagra, ya no los trata como siervos sino como amigos (Cf. Jn 15,15). Si bien, es una realidad que se consigue por la consagración de parte de Dios, no es algo que se improvisa. Durante todo el tiempo del Seminario hay que aprender a ser “amigos” del Señor. Con la ayuda de los formadores y con la fuerza del Espíritu, se va consiguiendo. El mismo Señor va modelando, como la arcilla entre sus manos, esa cualidad de ser sus amigos. Entonces, los va preparando para que sean capaces de dar la propia vida por los hermanos, para que puedan entregarse con generosidad a su servicio y para que sean capaces de actuar en su nombre.
En estos días de la Semana Santa tendrán la oportunidad de meditar, celebrar y vivir la experiencia sacerdotal y pascual de Jesús. No dejen la oración ni la meditación de la Palabra y de los textos litúrgicos. Allí podrán encontrar una rica fuente de enriquecimiento para su propia vida personal y de creyentes. Además podrán gustar de lo sabroso que es el alimento de la Palabra que abre mentes y corazones para quienes se atreven a seguir a Jesús.
Que también el apostolado de estos días les sirva para madurar en el discernimiento de su vocación. Manténganse siempre en la presencia de Dios y no olviden de ser, para los demás –en especial para tantos niños, adolescentes y jóvenes con quienes se encontrarán- un ejemplo de fe viva, de esperanza decidida y de caridad sin límites.
Los tengo presente en mi oración de pastor y les bendigo con afecto de padre.

         +Mario del Valle, Obispo de San Cristóbal.

San Cristóbal, 26 de marzo del año 2012, Festividad de la Anunciación de María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario